Donde el silencio ahoga
al grito en aguas de olvido;
donde los muros blancos,
pintados de locura,
te pierden en su camino.
Donde el viento en hierbas altas
susurra falsos sonidos
y en las sombras de la luna
ves colores desteñidos.
Tu respirar acelera,
tu razón queda ciega
y el corazón a la espera
de otro paso entre la niebla,
no sabe si desbordarse
o hacer callar a sus venas.
Donde la soledad en cada esquina
te hace ver que no estás solo
pero no hay nadie contigo;
y hasta el temblar de cada luz
y el crujir de cada ruido
se confunde con los pasos de la muerte
acechando por tu espíritu.
Pero oyes lo que no escuchas
no es la muerte quien camina
ni tu vida la que expira,
no hay sonidos que te sigan
ni ojos que oscuros te miran
es el miedo, sólo él
el que ronda las esquinas;
los rincones de tu mente
construyendo las mentiras
los falsos colores
y las sombras vivas.
Escucha,
respira
y vuelve a abrir los ojos
los colores vuelven
y la luna brilla
el viento se calla
ya no dice nada
sólo quedas tú
la mente te engaña.
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